La nación es la antesala del estado, manifestaba el Profesor Dr. Gonzalo Suárez en la cátedra de Derecho Constitucional en pregrado; sobre el origen de la sociedad nos ubicaba en el pensamiento sociológico, representado por 4 teorías o escuelas, una de ellas, la escuela evolucionista, que desde la horda, pasando por la liga de hordas, por el clan, la tribu, la confederación de tribus, para llegar a la nación, cuando ésta se organiza jurídica y políticamente surge el estado y para ello requiere de sus 4 elementos estructurales a saber: población, territorio, soberanía, poder político público y un elemento no estructural, el reconocimiento internacional, ya que sin reconocimiento internacional también podía existir un estado (Ej. Típico, Cuba); por lo que quizá haya impregnado en mi memoria aquellas clases, que me convencí de cuan peligroso sería el reconocimiento de la plurinacionalidad.
Desde el levantamiento indígena de 1990 comenzó a fraguarse en nuestro país esta noción de la plurinacionalidad que es un concepto político-jurídico adoptado de los instrumentos internacionales a su vez recogido de los pueblos ancestrales.
Pluri, varios o diversos, plurinacionalidad o varias naciones. Las nacionalidades que se han formado en órganos y entidades históricas y políticas que constituyen parte del estado ecuatoriano, que comparten y tienen en común una identidad, historia, idioma, cultura propia, que están asentados y viven e un territorio determinado, mediante sus propias instituciones y formas tradicionales de organización social, económica, jurídica, política y ejercicio de autoridad colectiva comunitaria propia; al cumplir con estos requisitos, desde la óptica tradicional, liberal, realmente las nacionalidades podrían constituirse en estados independientes, lógica que la Asamblea Nacional Constituyente en la que expidieron la Constitución Política de 1998 utilizó para no reconocer la plurinacionalidad en nuestro país, a pesar de las reivindicaciones válidas que aspiraban los indígenas, obviamente intrascendente pretensión resulto al estar inconmovible la doctrina neoliberal imponiéndose en aquel tiempo y sus representantes fieles a su disciplina, imposible que permitieran tamaña desviación, al fin con mayorías en las Asambleas se hace lo que se quiere; es decir los principios doctrinarios en la parte orgánica en la Constitución de 1998 persistió en la misma tradicional dirección neoliberal, aunque fue mantenida el carácter intercultural y multiétnico del estado Ecuatoriano que lo traía nuestra constitución de 1979 reforma en 1996.
Mientras que el Constitucionalismo Europeo, con sus principales referencias, Alemania, España e Italia, ya se penetraba en América Latina en las constituciones brasileña y colombiana y adaptado con ciertas modificaciones en la parte dogmática, con más derechos económicos, sociales y culturales que ya orientaban a un rumbo distinto con un neoconstitucionalismo más compatible con realidades históricas y cotidianas de Latinoamérica, pero como menciona Ramiro Ávila “el Estado neoconstitucional no debe ni puede resolver el problema andino” por corresponder a condiciones, distancias, a particularidades propias de los países andinos, específicamente Ecuador, Bolivia y Venezuela, ya materializadas en constituciones de avanzada, más garantistas de Derechos.
La Constitución Ecuatoriana un verdadero portento en el constitucionalismo internacional, al establecer instituciones nuevas, innovadoras no entendidas por algunos tratadistas más estas innovaciones como Pacha Mama, Sumak Kawsay, Pluralismo jurídico, Plurinacionalidad y otras, que en las constituciones anteriores no se hallaban; al hablar de plurinacionalidad en la actual Constitución se ha derribado un viejo prototipo de la eclosión social, adentrando en el estudio de esta institución se puede entender el gran salto paradigmático que permitieron dar los doctrinarios y las luchas sociales que incorporaron la plurinacionalidad, al iniciar el estudio de los sustentos sociológicos que permitieron fundamentar la incorporación de esta innovación en la actual Constitución, con lo que me permitió derribar mis convencimientos aprendidos en pregrado, que los tenía quizá arraigado, no es fácil despojarse de aprendizajes inmutables adquiridos con rigurosidad, cuesta y bastante, ahora estoy convencido del reconocimiento de la plurinacionalidad como un elemento constitutivo de nuestro estado y como avance de la Constitución ecuatoriana.
¿Pero como se avanzaría en el conocimiento y aplicación de este nuevo elemento en nuestro país, ya en la parte orgánica de nuestra Carta Fundamental y en la cotidianidad?; la plurinacionalidad es innegable en nuestro país, según Ramiro Ávila Santamaría, “La constitución está en proceso de implementación”; es precisamente por estas innovaciones, si masificamos el interés y si colectivizamos y exteriorizamos el conocimiento de una realidad innegable, que podríamos desarrollar quizá con la misma clasificación pedagógica de nación que realiza el Dr. Julio Cesar Trujillo, de nación política, nación jurídica y nación cultural; como corrobora Ramiro Ávila, quien dice “en cada una de estas acepciones podemos contrastar las diferencias entre un estado nacional y un estado plurinacional”, pero sin duda lleva inmerso en sí mucha complejidad más aún para quienes no quieren o no tienen la oportunidad de acceder a doctrina o literatura jurídica especializada, que les nutra de este saber y convencimiento de una realidad concreta que tenemos que asumirla y generar una convivencia consiente de plurinacionalidad, estas innovaciones traen retos jurídicos, sociales, culturales, pero que dignifican y reivindican a las nacionalidades en un estado incluyente, estudiando y proponiendo estas instituciones de alguna manera nos ha dado vigencia en el estudio del constitucionalismo planetario.
Preocupante seria una especie de regresión en la conceptualización y entendimiento de la plurinacionalidad o peor una distorsión en la práctica por parte de los dirigentes de las nacionalidades politizados, que apacibles solicitan adjudicaciones de territorios ancestrales en el que ya obtenido la adjudicación de “sus territorios” quieran cercenar al estado unitario.
De una acostumbrada enseñanza-aprendizaje, de un estado nacional, a la enseñanza-aprendizaje de un estado plurinacionalidad.
La noción de la plurinacionalidad para constituirse en realidad en la Constitución Ecuatoriana, transitó por conflictivas controversias y desacuerdos políticos y sociales previos a la inserción en la Carta Magna.
El reconocimiento de la plurinacionalidad se convirtió en un elemento constitutivo del estado Ecuatoriano.
Ahora es innegable la plurinacionalidad en nuestro país.
Pero la implementación de la plurinacionalidad, aún ha sido y es un reto en nuestro país.
El reto consiste en masificar el interés, colectivizar y exteriorizar el conocimiento.
En las acepciones de nación que realiza el Dr. Julio Cesar Trujillo se encuentra pedagogía y entendimiento para transmitir lo que es la plurinacionalidad.
Aun es negada la plurinacionalidad, por grupos de extrema derecha, la izquierda más radical, y lo que es peor mal entendida por algunos propios indígenas.
No se debe permitir que la plurinacionalidad sea un simple discurso político.
Gonzalo Suarez, clases de Derecho Constitucional, 2do curso, Universidad Central del Ecuador, periodo lectivo 2002-2003.
Ramiro Ávila Santamaría, El neoconstitucionalismo transformador, Quito, 2011.
NOTA: por ser mi primer "ensayo académico" que ahora veo que tiene todo menos de académico, publico este artículo con la idea de que en los próximos aparezca algún aporte.
Mis disculpas para los lectores.