De
todos los sentimientos humanos, ninguno es más natural que el amor por la
aldea, el valle o la barriada en que vivimos los primeros años. Así exalta José
Ingenieros a la patria del corazón, el terruño, en su deontología de la
moralidad, Las Fuerzas Morales.
La
aclamación de Ingenieros que la acojo, contiene dos aspectos que influyeron en
mí, la tierra que me vio nacer y en la que viví varios años y, mi primer año de
Derecho, momentos diferentes que han cimentado la oportunidad de escribir el artículo
que la o el lector lo tiene en sus manos y quizá con alguna duda iniciará la
lectura porque en algún momento se podría preguntar ¿qué tendría que decir un
hijo de Gualel?, a pesar de cualquier titubeo, con el asentimiento de ustedes
por el atrevimiento, me permito compartir unas líneas del arte y la ciencia que
me incautó, el Derecho.
El
Derecho, sin ánimo de conceptualizar podríamos decir que es el conjunto de
ordenaciones generales para la vida humana en común, elementos que me permiten poner
en contexto lo que pretendo compartir; el derecho al ser la regla para la vida
social, queramos o no convivimos con él, al tomar el autobús en esos viajes que
efectuamos a la ciudad de Loja u otros destinos, debemos pagar el pasaje, ese
episodio es un acto jurídico, que quizá haya sido irrelevante o inobservado por
nosotros, con este sencillo ejemplo se demuestra que estamos inmersos en el
Derecho, dependemos de él; la sociedad ha evolucionado, ahora los conflictos se
arreglan de forma razonada, se utiliza el Derecho, la realidad en Gualel es que
la mayoría de las personas tienen su predio (terreno) puede ser extenso o
pequeño, uno o varios, en algún momento por la voluntad o necesidad que fuere, desean
transferir mediante compra-venta, donación o fragmentarlo, ya sea a personas particulares
o a sus parientes (hijos), para materializar esa intención tenemos que recurrir
al Derecho, con lo que una vez más con un clásico ejemplo se demuestra la
relevancia del Derecho en nuestra existencia, ahí la importancia de compartir con
ustedes las nociones generales de esta ciencia que norma nuestra cotidianidad y
tratar de alguna manera de desplazar la idea de que el Derecho es patrimonio
solamente de los Abogados, en efecto somos los que conocemos, perdón hablo a
título personal, trato de conocer esta ciencia técnicamente, por lo que
dedicamos nuestro tiempo y pasión, sin embargo existe en la teoría clásica y en
nuestro ordenamiento jurídico legalista el principio de presunción de
conocimiento del Derecho por parte de todas las personas, en la realidad me
pregunto ¿Será que todas las personas conocemos el Derecho?, me atrevería a
decir que no, incluso nosotros los Abogados por más dedicación que pongamos a
su estudio no coparíamos todo el sabes de la ciencia, nadie se la sabe todas,
pero a vosotros les estimulo sino a profundizar en el Derecho al menos a tener
claro que vivimos en una sociedad reglada, que nos rige y nos atiene.
Planteemos
una casuística, si le ubicamos al Derecho en frente de la Tecnología para ver
cual es más dinámica, notaremos el desfase existente entre las dos esferas de
convivencia, observaremos que el derecho es conservador y las actividades
humanas se anticipaban en realizarse, por esta característica en algún momento
o hecho fáctico se podría haber percibido una sensación de ausente del Derecho que
provocó posiblemente en algunas personas una idea negativa al respecto, pero aún
así no es justificativo para que mantengamos en hostilidad con este saber, como
lo expresado queramos o no somos parte de él.
Estimados
lectores, desde el 20 de octubre del 2008, la nueva Carta Política establece un
nuevo paradigma constitucional, quiere decir, nuestra Constitución de la
República define una posición garantista de los Derechos, tenemos una
Constitución fuertemente materializada, instrumento jurídico para la aplicación
y el uso con propuestas como Sumak Kawsay, Pacha Mama, Derechos de la
Naturaleza, Pluralismo Jurídico, definiendo al Estado como constitucional de
derechos y justicia, etc., que nos invitan seriamente a construir un nuevo
concepto de vida y de sociedad; estos temas y otros los desarrollaremos en una
nueva oportunidad.